miércoles, 9 de mayo de 2012

Conversaciones con mi gato


Me levanté temprano y Teo, me siguió los pasos dando un salto de los pies de la cama. Cuando terminé de asearme, encontré a Teo aseándose igualmente, pero sin jabón ni toalla. Le miré fijamente, y creí recibir una comunicación  telepática, donde me invitaba a sentarme junto a él mientras desayunaba, e invadirme con una serie de interrogantes a cerca de la vida o la existencia de las cosas. Últimamente, lo había encontrado un tanto extraño pues sus movimientos y miradas cuasi de una persona se tratase, indicaban que Teo, no era un gato cualquiera.

  Sentado en mi sillón favorito, me dispuse a engullir el desayuno con avidez, tratando de despistar a Teo, con la intención de que olvidase su pretensión de interrogarme. Me di tanta prisa  que no desayuné; para atajar en mi cometido, no duré ni un segundo con mi trasero pegado al cojín. Por suerte, Teo se encontraba en su cubo de arena, pensativo, evacuando, al tiempo que elaboraba el listado de preguntas con las que torpedear mi cada vez más, inseguro equilibrio.

   Cuando no tuve escapatoria posible (me cogió sentado en el trono), me dijo con voz interior firme: ¿estás preparado?

   ...Continuará.
















Dibujos que ilustraban mis antiguas agendas, desde los años 80, hasta finales de los 90.