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miércoles, 25 de abril de 2012

El flautista de Hamelín, en nuestros días




   Recientemente, Pablo tuvo que aprenderse de memoria el cuento "El flautista de Hamelín", para contarlo en clase a sus compañeros y padres expectantes. Hubo más cuentos clásicos, interpretados por compañeros suyos, pero mi percepción particular del significado de cada clásico, se ajusta a otros problemas del sufrido ser único e independiente, como es  (por ahora...) el hombre.
   Debido a la duración de cada fábula (demasiado extensa), y por la gran  variedad, he preferido subir sólo el vídeo de la actuación de Pablo. 

   Este cuento me ha recordado algo que me atormenta, y cual revelación, creo haber encontrado una solución a esta pesadilla llamada Crisis, o lo que es lo mismo,"Demogracia":  ya que todo lo que acontece, sucede en el mismo instante en que sucede, y no hay otra, pues pasado, presente y futuro no es más que una persistencia ilusoria que el ser humano, denomina "tiempo" (los animales pastan, aletean o rumian ajenos a este concepto...), y donde nos engañamos constantemente pensando que mañana será todo mejor (por aquello de que arriba el futuro, mejor sin duda que el pasado...), digo yo, que me ha recordado entonces que ese pobre flautista, podría aparecer más pronto que tarde (¡En esa red, en la teoría de cuerdas... tal vez esté sucediendo ya...!), y con un juego malabar de su arte musical, interpretarse tal melodía que se llevase a los ratones bien lejos, al bosque como dice Pablo, pero a los ratones  que van disfrazados con chaqueta y corbata, o alzacuellos (aquel que adorna al incólume padre), que vociferan desde una peana, pedestal o altar, y convence a todo el mundo que ni pasta, ni aletea, ni rumia... eso que yo encuentro como una mentira, y donde tal vez, rechace ser pieza fácil, sufra una alteración a nivel sugestivo y me deje llevar por el arte prestidigitador con que se mueve el fulano, desde un lugar algo más alto y seguro  que el resto: ofrezco treinta monedas como si un Alcalde fuese; aunque pensándolo mejor, prefiero ser yo ese flautista. Ahora sólo  queda memorizarme la partitura correcta, utilizar el tempo exacto y aprender a tocar la flauta con la soltura de una sinfónica... todo ello llevará tiempo... salvo que aparezca ese flautista, antes de que los fulanos ratones acaben por copar ese latifundio  mal llamado Democracia, donde la realidad,  me muestra  una Autocracia..


... Creo que por desgracia, esos ratones de los que hablo, están  bastante "avarizados"...











viernes, 13 de abril de 2012

Pablo y sus primeros pasos en la formación musical


   
   El día 4 de abril, atravesé esa línea infranqueable del tiempo, y me sentí protagonista en el Conservatorio Profesional de Música de Jaén, tras haber asistido al "Cuento musical", que ofrecieron todos los alumnos que habían participado en el "Curso de iniciación a la música".  Este inusual (y agradable) evento, fue impartido por la Fundación Barenboim- Said. 
   Esa línea fue franqueada, porque Pablo estaba allí arriba, en el Paraninfo, en la moqueta donde tantísimas veces yo, había intervenido con la Orquesta de Cuerdas...  En el preciso instante en que yo afinaba mi violín, Pablo estaba tocando el piano, justo detrás, junto con otros compañeros; de una forma didáctica apropiada a su edad: jugar aprendiendo, aprender jugando... El mismo piano que tantas veces yo, había aporreado. La misma moqueta que yo había pisado, cuando Pablo ni siquiera existía, y sin embargo ya estaba allí... Fui muy feliz en esos momentos y traté de visualizar el futuro; pero desistí de ello para disfrutar del momento: Pablo había participado en un cursillo muy breve (tres días de duración), pero intensivo, y donde tuvo la oportunidad de tomar contacto con los instrumentos en las clases de Violín, Piano y Percusión.

   Creo que aún hoy, Pablo no es consciente de lo que sin duda aprendió; pero estoy seguro que algún día recordará con agrado este pequeño paso por el Conservatorio de música, y lo que ello conlleva... ojalá se aprenda el camino muy pronto.

   Siempre pensé que las casualidades no existen; pero sea como sea, estaremos muy agradecidos por vivir  momentos en los que suceden cosas como esta.

 
   El vídeo presenta un pequeño resumen de la actuación por parte de alumnos y profesores. El cuento musical, está incompleto debido al mal sonido. Tampoco la calidad de imagen es la ideal, ya que habría necesitado un trípode, y tal vez otra cámara, con la que poder hacer luego un montaje desde dos ángulos distintos... incluso mejor, un cámara de televisión profesional... Me apañé con lo que había, y quise centrarme más en el protagonismo de los pequeños, y futuros músicos... estoy seguro que muchos de los allí presentes, lo conseguirán en un futuro cercano.

http://www.barenboim-said.org/es/inicio/index.html




viernes, 17 de febrero de 2012

Un homenaje involuntario a Tàpies


   El tiempo  que tardas en tomarte un café, es suficiente para llevarte una agradable sorpresa. Ésta, llegó mientras percibíamos ese aroma inconfundible de la vieja cafetería, al tiempo que echaba mano de un pequeño bloc de notas, para que nuestro hijo se entretuviese realizando algún dibujo. 

   Nos gusta saborear un café las tardes de los viernes y detener el tiempo, para hacer un recorrido mental por lo que ha sido la semana. Entre sorbo y sorbo, charlamos y Pablo dibuja en ese pequeño bloc. Él se abstrae generalmente con dibujos indefinidos o ideales, y tampoco parece transcurrir ese tiempo que durante días anteriores, se evapora delante nuestra arañando fatigas, luces y sombras, y dejando a nuestros pies algo empírico: es el premio diario, que apilamos los fines de semana. 

   Cuando Pablo comenzó este dibujo, me hizo recordar a Antoni Tàpies, recientemente fallecido, porque de forma casi accidental fue a caer algo de azúcar sobre el papel donde Pablo garabateaba. Ésta quedó adherida al mismo, pues él gusta de utilizar el "Típex" que siempre lleva mamá encima para adornar sus  casi, intraducibles dibujos. Muy poco tardé en advertirle de que su obra, tenía cierta similitud con las de Tàpies; con la diferencia que en este caso, era azúcar en lugar de tierra; algo más agradable de saborear, que el barro. Tal vez en la inocencia de sus casi siete añitos, reside la alegoría por la transición en su etapa de crecimiento y madurez: bienvenido a la tierra.

   

miércoles, 8 de febrero de 2012

La pared

  Editado originalmente, el 24 de enero de 2012
   Pablo es encantador, como sólo él. Y lo digo yo, que aun siendo su padre, estoy convencido que si no lo fuese, y lo conociese como lo conozco, opinaría igual. Hoy, cerca de los siete años, se expresa muy bien y hasta sorprende a menudo con frases y preguntas que descolocan, y se podrían catalogar como extraordinarias para su edad.
   Cuando aún no había cumplido los tres años, nos sorprendió con una perorata de las suyas, donde venía a abrir un debate (estoy seguro que intencionado por su parte…) sobre qué nos quería contar: “la pared hace monés”… se entiende perfectamente casi la totalidad de su conversación con sus progenitores, y todavía hoy, andamos intentando descifrar qué significado tiene ese de “la pared hace monés” …
   Por suerte, como siempre digo, y me alegro de ello, llevo mi cámara conmigo cual extensión de una extremidad superior, aunque en este caso era bastante fácil de registrar el evento, pues estábamos en casa; pero mi máxima en estos casos, se resume en “no salga nunca sin su cámara”: la prueba, registrada con todo detalle…
 A ver si alguien es capaz de “traducir” esas frases que se cuelan en su aprendizaje diario.