miércoles, 8 de febrero de 2012

La dichosa caja de gusanillos

   Editado originalmente, el 21 de noviembre de 2011
   Recuerdo la dificultad que presentaba aquella caja de gusanillos. Fue durante la navidad de hace siete u ocho años. Nunca, nada tan fácil como abrir una caja, se presentó tan difícil: mi padre creía que era "coser y cantar", pero nada. Por suerte, allí estaba yo con mi vetusta cámara para inmortalizar el momento. Algo bastante normal, dentro de la anormalidad que nos acompaña día a día.
   Desde entonces, no tengo duda alguna (conociéndome -y pueden aseverarlo aquellos que me conocen-) que los genes paternos, me identifican por completo. Otro día, hablaré de los maternos...

2 comentarios:

  1. prometeo
    No hombre, no seas tan duro, que a veces esos abre fácil son precisamente todo lo contrario. De todas formas, acuerdate de la epigenética, todo es cuestión al final de si se encienden o no los genes interruptor.

    #1 26.11.2011 a las 19:14

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  2. utopazzia
    Me descoyunto cada vez que recuerdo este momento. Por suerte pude inmortalizarlo, aunque esté la imagen un poco acelerada, para acortar el tiempo... es gracioso, y sí, a veces, lo más fácil se vuelve tan difícil, que es como el número del mago: imaginas lo difícil que debe ser el secreto, hasta que conoces el truco; ahí te das cuenta de lo manipulables que podemos llegar a ser... es como ahora con el tema de la nueva era o "Tecnocracia": predistigitación al poder y sin contarnos el secreto, para que creamos que todo es correcto... aunque creo que en este número, más de uno conocemos el truco.


    Un abrazo.

    #2 28.11.2011 a las 22:04

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