viernes, 17 de febrero de 2012

Un homenaje involuntario a Tàpies


   El tiempo  que tardas en tomarte un café, es suficiente para llevarte una agradable sorpresa. Ésta, llegó mientras percibíamos ese aroma inconfundible de la vieja cafetería, al tiempo que echaba mano de un pequeño bloc de notas, para que nuestro hijo se entretuviese realizando algún dibujo. 

   Nos gusta saborear un café las tardes de los viernes y detener el tiempo, para hacer un recorrido mental por lo que ha sido la semana. Entre sorbo y sorbo, charlamos y Pablo dibuja en ese pequeño bloc. Él se abstrae generalmente con dibujos indefinidos o ideales, y tampoco parece transcurrir ese tiempo que durante días anteriores, se evapora delante nuestra arañando fatigas, luces y sombras, y dejando a nuestros pies algo empírico: es el premio diario, que apilamos los fines de semana. 

   Cuando Pablo comenzó este dibujo, me hizo recordar a Antoni Tàpies, recientemente fallecido, porque de forma casi accidental fue a caer algo de azúcar sobre el papel donde Pablo garabateaba. Ésta quedó adherida al mismo, pues él gusta de utilizar el "Típex" que siempre lleva mamá encima para adornar sus  casi, intraducibles dibujos. Muy poco tardé en advertirle de que su obra, tenía cierta similitud con las de Tàpies; con la diferencia que en este caso, era azúcar en lugar de tierra; algo más agradable de saborear, que el barro. Tal vez en la inocencia de sus casi siete añitos, reside la alegoría por la transición en su etapa de crecimiento y madurez: bienvenido a la tierra.

   

4 comentarios:

  1. El café del viernes pasado se convirtió, más que nunca, en una isla en medio de un mar de obligaciones, enfermedad y decrepitud; afortunadamente existen otros mares, conocidos, por los que navegamos de forma segura y periódica, y desconocidos, en los que nos adentraremos con el pequeño tripulante, creador de dibujos azucarados.

    Un beso.

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  2. Bueno, saquemos conclusiones positivas del momento y resignación ante lo que es inevitable... pero no por ello ha de ser un elemento que te bloquee. Por ley de vida, son momentos donde se navega (como dices)por anchos océanos, islas desiertas y en ocasiones habitadas por alguien, aunque te detengas, aunque no te detengas... siempre vas hacia delante, aunque no sabes la meta, desconoces más que conoces, y la incertidumbre te puede hacer zozobrar. Aprovechemos lo que tenemos entre manos, que es la vida, nada más y nada menos, y la ocasión que nos brinda Pablete.
    Por descontado que los mayores, tendrán el final esperado, y espero que por orden natural... si algo tenemos claro los humanos, es que el empirismo en cosas tan evidentes, nos sirve de "remo".

    El dibujante de tinte de azúcar, tiene la suerte de contar con nosotros, y nosotros más aún con la de él. Ya habrá tiempo en un futuro lejano (espero -aunque yo siempre hable de presente-...), donde además pueda dibujar nuestra feliz vejez, pueda escribir "su historia"; entonces él, tendrá la incertidumbre para con nosotros sobre el devenir más inmediato; como ahora nosotros pendientes de acontecimientos sobre enfermedades y decrepitudes.
    ¡Viva la vida! Besos.

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  3. ¿habrá heredado las dotes artístico-pictóricas de la madre? Ya lo creo que el dibujo tiene reminiscencias de Tapies. Sin duda una verdadera y alegre sorpresa para vosotros. Cuidad a ea joyita de niño. Y cuidaros vosotros también, que ya veo afrontáis momentos difíciles y agotadores.

    Un abrazo para los dos.

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    1. ¡No te quepa duda, Prometeo..! La inteligencia de la madre, y la belleza del padre... como dice aquel...¡Jeje!
      Creo que de partida, todos somos pequeños "genios" en potencia (llámese una persona normal, con un entorno normal, con las posibilidades normales...), pero luego intervienen otros factores difíciles de "regatear", y acabas marcándote en propia puerta el gol de tu propia derrota. Por descontado que el mundo llano, es así, y así debe ser, digo así debe ser porque si no, no se explica que aquello que se le llama con mayúsculas "Sociedad Avanzada", quede en una forma de pura cortesía por parte del ser humano, hacia su homólogo; sobrevalorado hasta lo inexplicable.
      Por suerte hay grandes genios que escapan de las fauces de los vendedores feriantes...
      El cerebro de un pequeño, como siempre se ha dicho, es una "esponja" que absorbe todo... ojalá Pablo, logre avanzar por el camino que su instinto y su intuición le dicten, y alcance lo que él desee. Si lograse ser feliz, creo que habría logrado mucho entonces...

      Un abrazo.

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